Alfonso XII murió con apenas 27 años, pero el respeto y el cariño que el «Pacificador» desprendió a su pueblo durante su corto reinado se materializó en un monumento erigido en el estanque del Retiro y costeado, en su mayor parte, por las aportaciones voluntarias de los españoles. Fue su heredero, Alfonso XIII quien, cuando alcanzó la mayoría de edad, inauguró el conjunto escultórico en 1922, veinte años después de que fuera encargado a José Grasses Riera, que falleció sin poder ver su obra completada.
Al mirador que se oculta bajo el pedestal de la estatua ecuestre del Rey, obra de Mariano Benlliure, apenas han podido subir unos pocos privilegiados. Solo se ha abierto en breves y excepcionales periodos de tiempo. Sin embargo, tras un proceso de profunda restauración, a partir de la segunda quincena de abril, los madrileños podrán disfrutar de las vistas de este extraordinario observatorio.
Cuando me acerque, meteré fotos de las vistas.